EL PAÍS, 8/10/14
Nobel de Química
Premio Nobel de Química para los creadores del nanoscopio
Los estadounidenses Eric Betzig y William E. Moerner y el alemán Stefan Hell son los galardonados
Los investigadores Eric Betzig, del Instituto Médico Howard
Hughes, y William E. Moerner, de la Universidad de Standford, en
EEUU, y Stefan Hell, del Instituto Max Planck, en Alemania, han
recibido hoy el premio Nobel de Química "por el desarrollo de
microscopía de fluorescencia de alta resolución" o, lo que es
lo mismo, por su trabajo para convertir el microscopio óptico en un
nanoscopio y poder estudiar con gran presición objetos que antes
eran inalcanzables.
Durante mucho tiempo, se creía que los microscopios ópticos
nunca podrían alcanzar una resolución superior a la mitad de la
longitud de onda de la luz. Esos 0,2 micrómetros eran la frontera a
partir de la cual los científicos no podían inmiscuirse en la vida
íntima de las células y sus procesos. Los premiados hoy con el
Nobel, empleando moléculas fluorescentes, lograron superar esa
limitación física y alcanzar el nanomundo.
Gracias a los descubrimientos de Betzig, Moerner y Hell, los
científicos pueden ahora seguir los manejos en el interior de la
célula a nivel molecular: cómo estas moléculas conectan las
neuronas creando sinapsis o la manera en que las proteínas se
acumulan para provocar enfermedades como el Párkinson o el
Alzhéimer.
El comité del Nobel ha premiado el trabajo sobre dos principios
que han hecho posible la nanoscopía. El primero fue descubierto por
Hell, alemán nacido en Rumanía, y requiere la utilización de dos
rayos láser. El primero estimula moléculas fluorescentes para
hacerlas brillar y el segundo cancela todo el brillo producido menos
el que se encuentra en un volumen nanométrico. Así, se puede
obtener una resolución que rebasa el límite de los 0,2 micrómetros
de los microscopios ópticos.
El segúndo método, la microscopía de molécula individual, fue
desarrollado por los estadounidenses Betzig y Moerner por separado.
El método se basa en la capacidad para encender y apagar la
fluorescencia de moléculas individuales. Con esa técnica, los
investigadores fotografiaban el mismo área varias veces dejando que
cada vez brillen unas pocas moléculas. Después, superponían las
distintas imágenes obtenidas logrando una resolución que alcanzaba
el nivel de los nanómetros.
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